Mi ser entero vibró
exultante de gozo
ante el sonido ondulante
de tus seductores fonemas
En un segundo de luz
comenzaron a sonar
cientos de violines y violas,
también clarines y clarinetes,
así mismo djembes, cultrunes,
didgeridoos y trutrucas,
todos juntos en rítmicos sones.
El tiempo vivido perdió su sentido,
al darme cuenta de tu magna presencia
Tanta vida, tanta experiencia, tanto saber
y ni un ápice de tu existencia.
Me vi cual ecolalico bebé,
pronunciando, repitiendo, escuchando,
tus rítmicos y sonoros fonemas.
Experiencia mística sin par.
Doy gracias a aquel,
que de su boca saliste,
a mis tímpanos y neuronas brincaste,
para iniciar en mí tu existencia.
Iremos juntos por la vida,
tú prestándome tus ropajes,
yo mi existencia,
para así personificar,
los personajes debidos.
9 de junio de 2007
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