Las grises nubes del alma
descargaron chubascos
en sus mejillas.
Ruidosos truenos sonaron
en su acalorada boca.
Rayos y refusilos destellaron
en sus ojos.
Mas el fuerte sol de su corazón
entibió sus ojos
y escampo la tormenta
en sus labios.
16 de junio de 2007
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